miércoles, 27 de marzo de 2013

Kryler - Prefacio- (Diana Flores)




Prefacio:
Las últimas palabras de despedida  de Jade  seguían rondando en mi cabeza...
-Tú eres un guardián, yo una Kryler... Te tengo una noticia genio. El amor no esta hecho para nosotras.
- Pero yo creí...-Dejé la frase en el aire no sabiendo como iba a terminarla.
-¿Qué? ¿Qué te amaba? ¡No seas ridículo! Jamás podría amar algo –hizo una mueca de asco, pero sus ojos brillaban con lágrimas contenidas-  tan asqueroso como tú. -Terminó la frase en apenas un susurro.
- Nos vemos Connor…  - la expresión dura volvió a su rostro- fue… entretenido conocerte.
Detuve el auto en las orillas de la carretera, necesitaba un respiro, un momento para pensar en  lo que estaba haciendo y por que lo hacía.
¿Realmente acababa de dejar todo por ella? ¿Aún después de lo que ella… había dicho de mí? Yo si que estaba jodido o idiota.
O solo estás enamorado. Un susurro lejano al fondo de mi mente apareció de nuevo. Me estremecí ante la idea de que realmente perteneciera a Caroline.
Negué y bajé del auto. Deambulé por los alrededores hasta encontrar lo que buscaba. La playa. Me acerqué hasta la orilla y observé el atardecer como solía hacerlo con Claire cuando éramos pequeños y no sabíamos lo que éramos. Cuando no estábamos envueltos  en este mundo. Cuando ella estaba viva.
Suspiré y por primera vez en tres años dejé rodar una lágrima por mi mejilla.
-Si alguien además de mi te viera llorar, estarías perdido Connor. – Sonreí a medias al escuchar su voz tan cerca ¿Cómo rayos hacia eso?  -Deja de lloriquear por esa-  se contuvo un momento para pensar bien sus palabras- chica  y  ven a casa.
-No puedo volver a casa, Nick. ¿Ya olvidaste que me han corrido?--Enarqué una ceja y el esbozó una leve sonrisa pero ésta no le llegó a los ojos.- ¿Qué ocurre Nick?
El vaciló  un poco pero se sentó a mi lado mirando la arena, las olas, pero no mis ojos. Como  si tratara de evitarlos.
-Solo suéltalo, sabes que eres pésimo guardando secretos- Bromeé para intentar aligerar la tensión pero no funcionó siguió con la vista fija a la nada.
Decidí esperar a que el estuviera listo, había venido aquí por algo y no se iría sin decírmelo, solo necesitaba tiempo.
-Alguien abrió las puertas del infierno-  Lo miré desconcertado buscando en su rostro algún indicio de que se trataba de una broma. No había nada en él. Su rostro estaba totalmente serio, con una pequeña arruga en el entrecejo. - No se a encontrado a culpable pero...Hayamos una nota.
-¿Qué tiene que ver conmigo? - Mi mente corría como si de agua se tratara sin encontrar explicación alguna.
-La nota era para ti.- Se puso de pie y buscó en el bolsillo trasero de su pantalón. Levantó su mano hacia mí con un papel realmente antiguo, de ése que solo ves en las películas o en los museos. Lo tomé con manos temblorosas y lo abrí lentamente.
“La respuesta está en tu mente Connor, no lo olvides.”

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